Decir que la
obsoleta enseñanza-aprendizaje debe re-concluirse
en un lugar llamado aula es, por decir, que el saber y desde luego, el
conocimiento, es debidamente controlado por la acción educadora del docente.
Mantener ese obstáculo
epistemológico, es negar que el conocimiento es producto de un espiral interactivo (saber) entre los que aprenden y los que desean aprender.
Docentes y
estudiantes están en ese espiral constante del descubrimiento y las maravillas
del misterio de la vida.
Afirmamos que,
cualquier lugar y condiciones son lúdicos para la generación del espiral del conocimiento, donde los estudiantes-maestros se transforman (metamorfosis) en maestros-estudiantes
en una eterna condición del edén, del árbol de la vida...
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