RESPETO.
LCDO. Antonio Martín
Soro
Viajo todos los días con la mala
educación por saludo. Me salpica la indiferencia y el estupor de un NOSOTROS-
HUMANIDAD que aquí se transforma en una
lucha insensata por derechos básicos.
Lo
peor que nos puede pasar como personas es acostumbrarnos a que nos traten mal,
y cada día que viajo en el transporte público, aquel que me ofrece un servicio
me pone una zancadilla grosera y voluntaria, me utiliza como felpudo ante la
indiferencia y la condescendencia del resto.
No pago por que me ubiques en tu
universo como persona digna de tu respeto sino porque me coloques dentro de él
y que entiendas que sin una fusión de
ambos no sólo no circulamos sino que nos declaramos desconocidos.
Me mereces respeto y por eso te
necesito. Me necesitas y por eso merezco tu respeto. El problema no es que lo
sepamos, sino que lo asumimos y nos da lo mismo. Consígueme para que seamos un grupo cotidiano
en pleno funcionamiento y te buscaré para que me lleves justo al lugar donde
quiero estar.
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